El semáforo del patrimonio español en peligro de desaparición se ha vuelto a encender en La Rioja con luz roja y de nuevo en el valle del Jubera. A la famosa Lista Roja de bienes monumentales en riesgo que elabora la organización Hispania Nostra se acaba de incorporar la iglesia de Santa María, en Robres del Castillo, un templo tardorrománico del siglo XIII que presenta un grave deterioro y riesgo de desplome, y que confirma al valle del Jubera como la comarca riojana con más bienes amenazados en los últimos años. De hecho, tres de los cinco últimos elementos patrimoniales inscritos en la Lista Roja se encuentran en esta zona, una de las más asoladas por la despoblación.
Las razones que han llevado a Hispania Nostra a agregar a su Lista Roja la iglesia de Robres se centran en el peligro de derrumbe total del edificio, después de que la última traza de su bóveda de cañón se viniese abajo en el año 2020 tras una gran tormenta. De la estructura de la iglesia solo queda en pie el primero de los tramos de la nave, correspondiente al altar, tras el derrumbe de la bóveda. Además, La vegetación se está adueñando de manera progresiva de sus muros y sus piedras, lo que acrecienta el riesgo de desplome al aumentar el peso en sus partes más delicadas. «Además, las inscripciones empiezan a desprenderse con el desvanecimiento del yeso sobre el cual están realizadas», explica Hispania Nostra en la justificación de la inclusión de esta iglesia en su listado, tras una investigación iniciada a raíz de una denuncia del joven historiador Bruno Calleja.
El templo, radicado en la pequeña localidad de Robres del Castillo, que no llega a la treintena de habitantes, se suma de este modo al listado de bienes amenazados en el que también ingresó en diciembre de 2023 la basílica de Santa María de Rute, en Ventas Blancas, y el Castillo de Jubera, en 'alerta roja' desde noviembre de 2022, los tres en el valle del río Jubera.Como detalla la organización, al igual que otras tantas del entorno, la iglesia de Santa María de Robres recoge los inicios del gótico en esta zona de la región, aunque aún con elementos y formas constructivas de tiempos previos. Se trata de una iglesia parroquialconstruida en sillería y sillarejo en el siglo XIII que responde a una tipología de nave tardorrománica pensada para cubrirse con una bóveda de cañón apuntado, espadaña en el hastial oeste de la misma época y cabecera más moderna, esquema que se repite con variantes en otras iglesias de La Rioja Baja.
La iglesia está formada por una única nave de planta cuadrada de tres tramos cubierta por una bóveda de cañón apuntado sostenida por arcos fajones, también apuntados. Presenta una cabecera realizada en época posterior, siglo XVI, con planta rectangular y una división interna de la misma en dos tramos que quedan separados a su vez por un gran arco apuntado. En el primero de ellos se observa una cubierta con bóveda de crucería de terceletes. La localidad de Robres del Castillo aparece señalada en la documentación a mediados del siglo XII, momento en el que monarca Alfonso VII entrega este lugar a los señores de Cameros, aunque un año más tarde, la villa será entregada al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce. Su importancia se mantendrá hasta finales de siglo, cuando la localidad quede en manos de Guillermo de Mendoza, que en su vejez se retirará al monasterio de San Prudencio. En el siglo XIV, de nuevo aparecieron otros señores de Robres, la Familia Lezana, que mantendrán la propiedad hasta el siglo XIX, cuando será retirado el señorío.
Dos barrios, dos iglesias. La localidad queda dividida por el río Jubera en dos barrios o núcleos; el bajo y en la actualidad habitado, que contaba con la parroquia de San Miguel, y el de Santa María, ubicado en la zona alta, a la derecha del río que los separa, al cual pertenecía esta iglesia y el palacio. La duplicidad de parroquias aparece ya en el siglo XIII, manteniéndose así durante muchos años, hasta que, en 1867, la parroquia de Santa María es absorbida por la de San Miguel, provocando el progresivo abandono de la misma, como detalla Hispania Nostra.
21 bienes en la cuerda floja
2023 fue un mal año para el patrimonio histórico-artístico riojano, con tres bienes inscritos en la Lista Roja de Hispania Nostra: El Arca de la Misericordia de Huércanos; el castillo de Ocón; y la basílica de Rute, en Ventas Blancas. Este año, por ahora la única incorporación es la de la iglesia de Santa María de Robres. En el otro lado de la balanza, abandonaron ese triste ranking dos elementos, los bancos azulejados de Pradillo y el viaducto de Ortigosa, que han pasado a la Lista Verde al haberse atajado su deterioro con intervenciones de restauración. En la Lista Roja riojana hay 21 bienes monumentales en peligro. Además de los cuatro citados, figuran los castillos de Jubera, Davalillo (San Asensio) y Castañares de las Cuevas (Viguera); las ermitas de Santa María de Barrio (Cellorigo), Orzales (San Vicente de la Sonsierra) y Santa María de Yerga (Autol); la casa palacio de los Manso de Zúñiga (Cidamón); las murallas de Santo Domingo de la Calzada; el monasterio de San Prudencio (Clavijo); la ferrería de Lugar del Río; y las iglesias de Santa Elena (Turza), San Juan de Letrán (Pedroso), San Miguel (Montalvo de Cameros), La Asunción (Luezas), Del dulce nombre de María (Torremuña) y De la Asunción (Santa María de Cameros). En el peor de los escenarios, la Lista Negra, la de aquellos bienes ya destruidos, figura el palacio de Inestrillas, en Aguilar del Río Alhama, que se derrumbó el 31 de enero de 2021.