El comercio da vida a las ciudades. Con el paso del tiempo, hay tiendas que se adaptan, surgen otras nuevas y las hay que no resisten los cambios de gustos y modas. Y hay un selecto grupo de comercios centenarios que no solo se mantienen fieles a su esencia sino que satisfacen las nuevas demandas del mercado. Es el caso de Curtidos Domínguez, que atesora cuatro generaciones de vendedores de productos relacionados con la piel.
Sus orígenes se remontan a 1918, cuando abrió en la actual calle Capitán Gallarza, antigua San Blas, bajo el nombre de Curtidos Eulogio Pastor, banquero, empresario, propietario del edificio y fundador del negocio. La tienda la regentaba su cuñado, Vicente Ibáñez Martínez.
Eulogio Pastor era una persona conocida en el Logroño de la época, donde antes de adentrarse en el negocio de los curtidos había estado al frente de la antigua relojería de Lucas Bergerón. El comercio de curtidos abarcaba desde piel para zapatos a guarniciones para carruajes y caballos. Además, en la parte superior funcionaba un taller de guarnicionería con seis trabajadores y que suministraba no solo a La Rioja, sino que sus productos llegaban también a clientes de Álava, Burgos, Navarra y Soria.
En 1939, Vicente Ibáñez adquirió la tienda y un año después la reformó, ya con el nombre de Curtidos Ibáñez. Aunque mantenía su catálogo de siempre, fue incorporando novedades, como maletas y otros elementos de viaje, siempre relacionados con la piel. Pronto, se incorporaron sus dos sobrinos, Julián y Vicente Domínguez.
El establecimiento permaneció en manos de Vicente Ibáñez hasta su fallecimiento en 1969, cuando el negocio pasó a manos de sus sobrinos, que lo mantuvieron y adaptaron a los tiempos hasta su jubilación en 1997. La tienda pasó a denominarse Curtidos Domínguez, regentada por Cristina, hija de Julián. El establecimiento se actualizó, con detalles como la sustitución del suelo de brea por otro de baldosa y otros cambios, pero sin renunciar a su espíritu de siempre y a elementos singulares, como las columnas, obra de Marrodán y Rezola. Curtidos Domínguez, que puede presumir de comercio centenario desde 2018, sigue ofreciendo a su clientela en Capitán Gallarza 6 una mezcla de tradición y modernidad.