Los efectos del cálido invierno ponen en jaque a los alérgicos

David Hernando Rioja
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En enero hubo cifras muy altas de alérgicos al polen de las cupresáceas y en marzo al platanero de sombra aunque a finales de abril hubo que vigilar las gramíneas

Un grupo de personas pasea por El Espolón de Logroño - Foto: Ingrid

La alergia es uno de los mayores enemigos que sufren muchas personas, y cada vez va a peor, ya que su frecuencia está aumentando, alcanzando a entre un 15 y 20% de la población en España.

La médica adjunta del servicio de alergología, Dolores del Pozo, indica que los motivos de este incremento es que «hay un mejor diagnóstico y a que la gente acude más al médico». Otra explicación es la teoría de la higiene, que dice que las personas tienen menos infecciones, sobre todo de parásitos en la infancia. «Por lo que ese anticuerpo que actúa frente a parásitos se queda un poco huérfano y reacciona frente a alérgenos que en principio son sustancias inocuas».

Otra posibilidad, apunta, es que el efecto de la polución potencia la alergenicidad de los pólenes. «Esto se debe a que la contaminación los hace más sensibilizantes y hace que el sistema respiratorio esté mas reactivo», detalla.

Del Pozo, informa que las alergias más comunes, sobre todo en esta época del año, son las alergias a los diferentes tipos de polen que existen, a los ácaros que contiene el polvo y cada vez aumentan más las alergias a los animales de compañía. También suelen ser habituales otras como las alergias de los niños a los hongos.

Explica que en este primer inicio de año es habitual que se produzcan alergias de pólenes de árbol, y sobre todo a polen de cupresáceas. «Concretamente ha coincidido con un mes de enero bastante calurosos, por lo que hemos tenido unas cifras de pólenes de cupresáceas muy altas. Eso ha hecho que haya habido muchos pacientes alérgicos a este polen que han tenido una época con mucha sintomatología», detalla.

En el mes de marzo, en cambio, se han producido cifras altas del polen del platanero de sombra. «Ahora todavía hay mucho de este tipo de polen pero llevamos unos días empezando fuerte el polen de las gramíneas», avisa.

Es cierto que cuando llega la primavera hay muchas más alertas sobre las posibles alergias que puedan padecer los ciudadanos pero Del Pozo asegura que «hay alergias respiratorias durante todo el año aunque depende del alérgeno al que cada uno esté sensibilizado». Pone el ejemplo de los ácaros que están en el polvo porque «es una alergia perenne aunque tenga picos de empeoramiento».

Pero el caso de la primavera es especial porque es una época que comprende los meses de marzo a junio, tiempo en el se engloba sobre todo el polen de platanero y de las gramíneas. «Las gramíneas polinizan fundamentalmente, aunque depende de la climatología de cada año y de la zona, entre abril y junio. Ahí es donde el grueso de los alérgicos al polen tienen síntomas aunque eso depende de cada paciente y a que polen esté sensibilizado», detalla.

Subraya que el polen a las gramíneas es el «más relevante» en La Rioja y en toda España. «El mayor porcentaje de alérgicos a polen es a las gramíneas, por eso «en esa época del año es cuando las personas más sintomatología tienen». 

Contador. El Centro de Alta Resolución de Procesos Asistenciales San Millán (CARPA) cuenta con un contador de polen en la terraza con el que se registran los tipos de pólenes que hay semanalmente. Estos datos van a una página web en la que  las cifras de los diferentes pólenes más relevantes están detalladas y se pueden ver los datos de todas las comunidades autónomas.

Esta plataforma te permite comparar las cifras en diferentes periodos de tiempo. En Logroño, por ejemplo, el dispositivo colocado en el CARPA recogió que desde el 6 de mayo de 2022 hasta el 5 de mayo de 2023 hubo 1.588 granos acumulado de polen de cupresáceas por metro cúbico, 839 de gramíneas y 1.761 de platanus.

Pero del 6 de mayo de 2023 al 20 de abril de 2024 se observa un aumento de granos acumulado de polen de cupresáceas y platanus por metro cúbico con 3.028 y 2.417, respectivamente, y un descenso en los granos acumulados de polen de gramíneas con 444.

Este incremento también se aprecia si se comparan los datos de los dos últimos meses de este año y el mismo periodo del 2023. Desde marzo de 2023 al 5 de mayo de 2023 se registraron 937 granos acumulado de polen de cupresáceas por metro cúbico, 311 de gramíneas y 1.702 de platanus; pero desde el 6 de marzo de 2024 hasta el 25 de abril, se contabilizaron 1.143  granos acumulado de polen de cupresáceas por metro cúbico, 41 de gramineas y 2.413 de platanus. 

Destacar esta subida de los granos acumulados por metro cúbico de polen de platanus, tal y como detalla antes la alergóloga.

Esta comparativa no termina aquí. Los datos registrados desde el 1 enero de 2023 hasta el 30 de marzo de marzo de 2023 muestran que se detectaron 932 granos acumulado de polen de cupresáceas por metro cúbico, 110 de gramíneas y 1.360 de platanus. En estas mismas fechas pero en 2024, el contador apuntó un claro aumento en los granos acumulado de polen de cupresáceas por metro cúbico con 2.435 y en el platanus con 1.670, pero una bajada drástica en gramíneas con 22.

aumento. Dolores del Pozo señala que estas alergias a estos tipos de pólenes puede que hayan incrementado en estos últimos años porque «han sido muy calurosos, lo que hace que se modifique la etapa de las polinizaciones».

Esto provoca que haya más cuencas de pólenes, pero sobre todo, que el periodo de polinización se alarga. «Esta situación genera que el paciente alérgico está más tiempo expuesto», avisa.

Pero el problema no acaba aquí porque esta alergóloga indica que cada vez es más frecuente que los pacientes no estén sensibilizados si se habla de pólenes, y en general de aeroalérgenos. «Es muy frecuente que el paciente que tiene esa predisposición a una alergia sea alérgico a varios alérgenos. Eso le puede hacer que encadene varias polinizaciones durante todo el año», alerta.

Aun así, los pacientes riojanos con alergias pueden estar tranquilos porque «la alergología ha cambiado mucho en los últimos 20 años», recuerda Del Pozo. «Ha habido avances en los tratamientos biológicos, de anticuerpos monoclonales, y en la mejora de las herramientas terapéuticas y diagnosticas», destaca. También hay mejores aparatos para pruebas de función pulmonar.