La Rioja evalúa si puede pedir zona catastrófica por la tromba

El Día
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El Gobierno ha requerido ya a los ayuntamiento una valoración de los daños causados por la tormenta del sábado con el fin de averiguar si puede solicitar esta declaración

Imagen de los efectos de la tromba de agua caída la tarde del sábado en Nájera. - Foto: Meteosojuela

Después de achicar el agua de garajes, bajos y locales que quedaron anegados por la gran tromba de agua que cayó en varias zonas de la comunidad autónoma el sábado por la tarde, ayer tocó el primer balance de daños. En un momento especialmente delicado para las viña, con las uvas en su punto óptimo de maduración, estas lluvias pueden dar paso a la temida botritis y dar al traste en algunas parcelas con el trabajo de todo un año.

El consejero de Hacienda, Alfondo Domínguez, se puso en contacto en la mañana de ayer con los alcaldes de las localidades más afectadas para hacer un primer balance de daños. El objetivo era buscar las posibles ayudas para paliar los efectos de la espectacular tormenta. «Dependiendo de lo que nos digan valoraremos pedir la declaración de zona catastrófica», indicó el también portavoz del Gobierno regional.

 SOS Rioja registró un total de 62 incidencias tras las lluvias y tormentas que colocaron a La Rioja en aviso de nivel amarillo. En concreto, se produjeron 23 incidentes en Logroño; catorce en Nájera; cuatro en Alfaro y Lardero; tres en Villamediana de Iregua; dos en Cenicero, Manzanares de Rioja y San Asensio; y uno en Aldeanueva de Ebro, Arenzana, Arnedillo, Huércanos, Lagunilla del Jubera, Quel, Santa Eulalia y Uruñuela.

Los datos pluviométricos más significativos recogidos en las estaciones meteorológicas fueron en Alfaro (36,4 mm), Nájera (35,7), Logroño (20,5), Yerga (19,1), Aguilar de Río Alhama (17,7), Arnedo (16,4), Calahorra (15,1), Arnedillo (14,6), Cervera de Río Alhama (13,8) y Villoslada de Cameros (12,5).

Por otra parte, el desprendimiento de una roca provocó ayer el cierre del acceso a las Cuevas de Nájera. Un vecino comuni que se había desprendido una roca de gran tamaño al final de la Calle San Jaime y al comienzo del Camino de Pasomalo. Los servicios municipales cerraron el acceso a las Cuevas.