Un punto de inflexión

M. A. G-S.
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La UDL, que jugó con uno más durante una hora, rompe su inercia de derrotas tras empatar a cero en La Rosaleda

Andy y Olaetxea, en acción. - Foto: LaLiga

Ficha técnica:

 

Málaga: Dani Barrio, Ismael, Escassi, Lombán, Cristo (Julito, 89), Joaquín (Jairo Sampedro, 83), Ramón, Luis Muñoz, Rahmani, Cristian Rodríguez y Orlando Sa (Joshua Mejías, 89).

UDL: Dani Giménez, Iago López, Álex Pérez, Clemente, Iñaki, Paulino (Siddiki, 65), Andy, Jaime Sierra, Bogusz (Roni, 65), Olaetxea (Zelu, 75) y Leo Ruiz (Ander Vitoria, 75).

Árbitro: Moreno Aragón (colegio madrileño). Expulsó por roja directo a Rahmani en el 36. Amonestó a Escassi y a Orlando Sa así como a Bogusz, Olaetxea y Siddiki.

Goles: no hubo.

 

24 puntos es el balance con el que la Unión Deportiva Logroñés despide 2020, el mejor de sus once años de historia. Los riojanos regresaron a LaRosaleda, el campo donde estrenaron su página más feliz el pasado 18 de julio, y lo hicieron con el objetivo de regalarse una última sonrisa y en busca de un punto de inflexión. 

Lo consiguieron a medias. El equipo de SergioRodríguez truncó su racha de seis derrotas (cinco en liga) consecutivas pero no pudieron con un Málaga que jugó casi una hora con uno menos. Los riojanos, pese a su superioridad, nunca intimidaron al Málaga que tras la expulsión de Rahmani optó por conservar. Iñaki volvió a ser el mejor de los de Sergio Rodríguez, estáticos en ataque (incurrieron en una decena de fuera de juegos) y sin capacidad de sorpresa.

El empate a cero fue el justo premio a la resistencia malacitana y a la falta de ambición ofensiva riojana. 

Poco ofreció el primer cuarto de hora en el que los riojanos, tras unos primeros minutos a merced del Málaga, se desperezaron, buscando la meta rival gracias al dinamismo de Paulino y Bogusz, dos extremos más cualitativos que cuantitativos. Sin embargo, la ocasión más clara fue blanquiazul. El balón franco llegó a Rahmani que, con tiempo, puso el centro. Iñaki despejó de cabeza pero Cristian Rodríguez cazó el rechazo desde la frontal. Alzó la vista y soltó el zapatazo buscando el poste derecho de Dani Giménez. No entró por poco. Fue un serio aviso de los de Pellicer.

La salva sentó bien al cuadro malaguista que recuperó el control y se estiró en busca de la portería de Dani Giménez. Escassi, con un cabezazo a la salida de un córner, de nuevo a punto estuvo de castigar la actitud contemplativa de la zaga riojana. Fueron los mejores minutos de un Málaga que merodeó el gol en varias ocasiones, incluido un intento de espuela de Orlando Sa en el área pequeña. La UDL, huérfana de balón, sufría. El marcador era el mejor aliado de los de Sergio Rodríguez porque el Málaga, a pelota parada, era un tormento. 

El dominio concluyó en el minuto 36, con la decisión que condicionó el desarrollo del encuentro. Iñaki trabó a Rahmani que, intencionadamente, golpeó al calagurritano. El colegiado dictaminó falta visitante. El VAR le corrigió: roja. El Málaga quedaba condenado a jugar una hora con menos y, lo que era más peligroso, con siete jugadores profesionales, el mínimo permitido, sobre el campo.

Entonces se vió los mejores minutos de la UDL que se fue a por el partido. La tuvo Andy en dos ocasiones. Primero desde la frontal, desviado, y después en la mejor jugada de los riojanos. Iñaki y Bogusz se asociaron, el calagurritano levantó la cabeza, habilitó a Andy y el granadino, presumiendo de llegada como al inicio de temporada, se encontró con el poste en una gran oportunidad para los de Sergio Rodríguez.

Tras la pausa, los riojanos se mostraron más ambiciosos y fueron a por la victoria ante un Málaga que se tuvo que conformar con contener. Bogusz golpeó desde la frontal desviada y, a continuación, Iñaki centró demasiado largo. Al Málaga le quedaba el recurso de transiciones rápidas. Joaquín la tuvo pero no articuló bien el remate ante la amenazadora presencia de Álex Pérez.

Pese a su inferioridad numérica, el Málaga era más directo ante una UDL dependiente de  la aportación ofensiva de Leo Ruiz, muy bien vigilado. Así, a la hora de juego, el Málaga doblada a disparos a los logroñeses.

Mientras Pellicer aguantaba con sus diez pretorianos, Sergio Rodríguez trató de agitar el partido desde las bandas. Retiró a Bogusz y Paulino para poner a Siddiki y Roni. La superioridad numérica no se trasladaba al juego, cada vez más equilibrado.

El encuentro caminaba hacia su desenlace sin que la UDL pudiera intimidar al Málaga. Zelu, recién entrado, irrumpió por la derecha pero no atinó en el remate. El andaluz probó a desperezar a sus compañeros que abusaban de una posesión exenta de verticalidad. 

A continuación, Iñaki puso un regalo y Ander Vitoria cabeceó a gol. Ni le dio tiempo a festejarlo. El línea lo invalidó y el VAR le dio la razón. De ser fuera de juego lo fue por centímetros. El cabezazo mereció algo más. Por su plasticidad, por su importancia en el juego y por su trascendencia futura. El de Igorre, nuevamente, veía como le anulaban un gol.

Los riojanos empujaban pero el Málaga, muy exigido, no se vencía. Incluso, se atrevía a buscar a Dani Giménez aunque Luis Muñoz, de bote pronto, no encontró portería. Tampoco la encontró una UDLa la que le faltó fe para festejar su octava victoria. Al menos frenó su sangría.