Decenas de bodegas buscan comprador ante un futuro incierto

G. Basurto
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La crisis por la caída de ventas aumenta la oferta y disminuye la demanda. El interés de los inversores está en firmas con rentabilidad y posibilidades de enoturismo

Imagen de Bodegas Marqués de la Concordia, que se vio incursa en un proceso de concurso de acreedores. - Foto: Óscar Solorzano

El desasosiego que impera en el sector del vino de Rioja, con ventas que no acaban de remontar y muchas dudas sobre la medidas a tomar para ajustar oferta y demanda, ha empujado a no pocas bodegas, principalmente de tamaño medio o pequeño y carácter familiar, a poner el cartel de 'se vende' o de forma más discreta a tantear el mercado en portales inmobiliarios especializados en busca de compradores o inversores. 

Un rápido vistazo a las webs de dos de estos intermediarios, la firma riojana ZetaT Estates, y Aldeas Abandonadas, de ámbito nacional, muestra en torno a una docena de bodegas en venta con precios de entre algo menos de un millón y 3,6 millones de euros y con capacidad para elaborar hasta un millón de litros de vino, además de negocios más pequeños y modestas instalaciones de cosechero, que en algún caso se anuncia por 25.000 euros. 

«Hay muchas bodegas en venta, pero poca gente que quiera comprar. Los que buscan quieren negocios que vayan bien y de esos no hay muchos», explica un representante de la inmobiliaria ZetaT Estates, radicada en Logroño, que matiza que frente a la abundante oferta de bodegas de cosechero o de escasa rentabilidad, los pocos inversores que se interesan por adquirir buscan marcas en funcionamiento, con balances saneados, buena imagen y capacidad para explotar el enoturismo. Detrás de muchas decisiones de ventas está la falta de relevo generacional en firmas de tradición familiar. 

En su caso, 2023 fue el año que marcó un antes y un después, con un progresivo aumento de bodegas y viñedos que se ponen a la venta y un desinterés inversor por adquirirlos. A juicio de este experto, la razón es clara: la caída del consumo de vino y las noticias que trascienden fuera de la región sobre la situación del Rioja, referidas, por ejemplo, a la vendimia en verde, la destilación o la posibilidad de arrancar viñedo. Es precisamente esta última opción, es decir reducir masa vegetal para ajustar oferta y demanda, donde, a su juicio, está la clave para que los negocios vitivinícolas recuperen valor.

Desde Aldeas Abandonadas, Elvira Fafián, responsable de esta inmobiliaria, que tiene una división dedicada a la compraventa de bodegas, constata que hay negocios en venta por cierre y otros, de tamaño reducido y carácter familiar, aunque con cierto renombre y tradición en el sector, que no tienen músculo financiero suficiente para actualizarse e innovar para afrontar el futuro. «Muchas son bodegas heredadas de padres o abuelos y que se venden por menos de 500.000 euros», comenta Fafián.

En el caso de bodegas de alto nivel, las expectativas de precio de los vendedores son difíciles de cumplir. Además de rentabilidad demostrable, los inversores que acuden a Aldeas Abandonadas buscan propiedades con capacidad y posibilidad de explotar además un hotel u otras formas de turismo vinculado al vino. 

Sin enoturismo no hay trato. «Las que no pueden hacer enoturismo no se venden», resume la responsable de esta inmobiliaria, que reconoce que además de los anuncios que aparecen en su web, entre su clientela hay también en torno a cuatro ventas «aparcadas» de bodegas de Rioja de entre 500.000 y un millón de euros, ya que sus dueños, «gente conocida en la zona», no quieren publicitarse directamente en internet.

En su caso, el interés por comprar firmas vitivinícolas grandes con posibilidades enoturísticas viene principalmente del extranjero,  de estadounidenses y chinos, estos últimos en busca de negocios ya montados y en pleno funcionamiento y de alto nivel. «Son muy exigentes, miran con detalle la zona, la calidad del viñedo y una marca  reconocida, y regatean mucho. Las ventas son procesos largos y laboriosos que llevan meses de negociaciones», comenta Elvira Fafián, que concluye que quienes peor lo tienen son los dueños de negocios familiares de escasa rentabilidad.

En algunas de las operaciones de venta que ha gestionado Aldeas Abandonadas, principalmente a inversores extranjeros ajenos al mundo vitivinícola, se pone como condición que los actuales propietarios permanezcan en la bodega uno o dos años para aportar su conocimiento y asegurar una transición con garantías.

La confidencialidad y la privacidad que se busca en estas transacciones impide a estas dos inmobiliarias hablar de nombres concretos. A lo largo de 2024 sí han trascendido operaciones de calado, como la venta de la navarretana Corral a la murciana Bodegas Luzón, de Jumilla, por 3,8 millones de euros, que se conoció en abril. Meses después, en julio, se oficializó la adquisición de las bodegas de Rioja del grupo Pernod Ricard (Campo Viejo, Ysios y Azpilicueta) por parte de la compañía australiana Australian Wine Holdco.

Aunque no las haya gestionado ZetaT Estates, fuentes de esta inmobiliaria señalan que el pasado año se efectuaron en Rioja cuatro o cinco compraventas de bodegas y en 2024 se conocen dos o tres operaciones de este tipo. 

 

Se busca socio capitalista 

En el portal inmobiliario riojano (zetatestates.es) no solo se ponen a la venta propiedades, sino que también hay empresas vitivinícolas que buscan inversores para inyectar capital a sus negocios de cara a afrontar un futuro que exige nuevas estrategias de mercado. Uno de esos anunciantes es una bodega valorada en 2,5 millones de euros, con capacidad de elaboración de un millón de litros de vino y 25 hectáreas de viñedo, que busca socio inversor que quiera hacerse con el 51 por ciento de las acciones. Hay otra firma que se ofrece a algún inversor interesado en aportar de uno a tres millones de euros para ampliar capital para acometer mejoras de cara a «un posicionamiento de futuro», otra que cifra en dos millones la cantidad que necesitaría de un socio capitalista y otra más modesta, en Rioja Alavesa, con una necesidad de inyectar liquidez por valor de 250.000 euros.