Apelando al grave problema de  acceso a la vivienda en nuestro país, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el lunes que las denominadas Golden Visa tienen los días contados. Se trata de una herramienta que permite conceder permisos de residencia a extranjeros que inviertan más de 500.000 euros en una vivienda en España sin contar las cargas ni hipotecas y que puso en marcha Mariano Rajoy en 2013. Sin perjuicio de las pegas que ahora le pone, el Ejecutivo socialista amplió en 2022 un año más la duración inicial de las Golden visa y extendió de dos a tres años el permiso inicial de residencia cuando se obtiene un visado por inversión.

La incidencia de esta medida ha sido poco menos que anecdótica en esta comunidad pues, tras una vigencia de una década, solo se han adquirido cuatro viviendas bajo las condiciones que marca la normativa, todas ellas, curiosamente, bajo mandato de Pedro Sánchez. Según figura en las distintas ediciones del Anuario Inmobiliario de los Registradores de la Propiedad, dos operaciones se realizaron en 2020, una en 2022 y una cuarta el año pasado.

A Marina Solozábal, responsable de Inmobiliaria Solozábal, no le extraña que en una década solo se hayan vendido cuatro, y constata que ha sido una medida que no ha tenido ninguna incidencia en La Rioja. «Las inversiones se realizan en ciudades grandes, como Madrid y Barcelona o zonas costeras», apunta la experta, afirmación que ratifican los datos.

La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, explicó el martes, tras  la celebración del Consejo de Ministros que abordó esta medida, que la Golden visa ha permitido a 14.576 inversores extranjeros obtener el permiso de residencia en España en los últimos diez años.

Además, informó que estas proceden principalmente de nacionales originario de China, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, Ucrania, Irán, Venezuela y México. Mientras, las provincias principales destino han sido Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, Baleares y Valencia.

Su fin, según han manifestado diversos expertos, no tendrá ninguna repercusión en el mercado inmobiliario español y, de acuerdo a Idealista, el precio medio fue el año  pasado de 769.332 euros.