La Junta Directiva del Club Baloncesto Clavijo ha tomada la decisión la decisión de supsender, de forma interna, al entrenador Jenaro Díaz durante los próximos tres partidos de competición que el equipo disputará en las próximas semanas. "Esta circunstancia implica que será el segundo entrenador, José Luis Pichel, quien dirigirá al equipo a lo largo de esos próximos compromisos", ha informado el club.
Además, la entidad ha querido expresar públicamente las más sinceras disculpas «a la afición que nos acompaña en el Palacio de los Deportes por lo sucedido". "En un momento de máxima tensión y estrés como era el de ese desenlace del partido, el entrenador Jenaro Díaz ha cometido un error humano grave que no admite excusas, tal y como él mismo ha admitido públicamente en la rueda de prensa inmediatamente posterior al partido, en la que ha pedido reiteradamente disculpas".
"El club acepta esas disculpas y las extiende como propias a toda la afición que ha acudido esta mañana al Palacio de los Deportes, y que ha sido, un día más, motor indispensable del equipo riojano en la lucha por una victoria que desgraciadamente se ha escapado sobre la bocina", terminó su comunicado el club.
En sala de prensa, Jenaro Díaz pidió perdón a los aficionados que se sientan detrás de su banquillo, a los que dedicó un feo gesto con un dedo, una peineta, poco antes de acabar el choque entre su equipo y el Alimerca Oviedo. Tras el choque el técnico asturiano del Clavijo compareció en la sala de prensa y sus primeras palabras en lugar de dedicarse a analizar el choque se enfocaron en esa situación vivida con los aficionados.
"Ha sido algo muy inapropiado por mi parte, hecho que no siento, pero ha sido motivado por la frustración", afirmó el entrenador, que relató cómo había ordenado a sus jugadores una acción en la que David Knudsen debía pasar el balón a Alberto Moreno "pero ha decidido hacer otra cosa", explicó, en alusión al jugador danés.
Poco después, Knudsen fue animado por los aficionados, mientras el entrenador le recriminaba lo sucedido, lo que derivó en el gesto del técnico.
Díaz reconoció que "le he montado una bronca grande" al jugador "y después de 39 minutos muy grandes perdemos ese balón y eso me ha frustrado mucho" pero "lo que he hecho es intolerable", admitió e insistió en que «pido disculpas de corazón, porque la afición nos ha ayudado muchísimo».
Además, incidió en que "el público es soberano y llevo semanas escuchando cómo se pide mi dimisión y me parece perfecto, porque ellos pueden decir lo que quieran y soy yo el que me he confundido, tengo que aceptar lo que dicen aunque no esté de acuerdo". "Estoy dolido por lo que hecho", añadió un entrenador que ha sido suspendido de manera interna para los próximos tres partidos.