"Se me cruzaron los cables y decidí irme a Estambul"

David Hernando Rioja
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Marcos Gil es un estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de La Rioja que ha acabado estudiando en Estambul (Turquía).

El estudiante Marcos Gil en el interior del edificio Quintiliano - Foto: Óscar Solorzano

Una decisión de última hora que fue un acierto. Marcos Gil es un estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de La Rioja que ha acabado estudiando en Estambul (Turquía).

Este alumno terminó tercero de carrera «un poco quemado» por haberlo estudiado aquí en la Universidad de La Rioja, ya que «no pude realizar un buen año académico por diferentes condiciones». Más adelante le plantearon la oportunidad del Erasmus como «una nueva salida, un año para renovar ideas y tener un cambio de aires».

Gil cuenta que le sedujo la idea de irse fuera para seguir estudiando pero «no tenía claro donde quería ir porque no le dieron la información suficiente». Por eso ha pedido que haya más oportunidades desde la universidad para que las personas que hayan ido de Erasmus puedan explicar sus experiencias.

La decisión fue rápida, ya que unos amigos suyos le comentaron media hora antes que se iba a Estambul. «Se me cruzaron los cables y decidí irme también».

«Es una decisión a la que a día de hoy doy gracias porque estoy encantado de la vida. Tenemos una vida muy cómoda, además de que vivimos en una residencia con españoles y gente de otros países donde hemos hecho muy buena piña», señala.

Este joven de la UR afirma estar muy contento con el nivel académico que está viendo en Estambul. «El nivel de dificultad es menos exigente que en La Rioja, cosa que a veces es de agradecer porque hay veces que tus notas no reflejan realmente con lo que has estudiado y allí nos está yendo bastante bien», destaca.

Otra ventaja es que el profesorado es «majo» y a los estudiantes de fuera «nos tratan muy bien e intentan ayudarnos en todo lo que pueden». Aunque cuenta que es verdad que tienes que saber hablar inglés para comunicarte con la gente de allá. 

Otro aspecto muy positivo de esta experiencia son los campus universitarios donde están los estudiantes. Hay uno enfocado hacia la rama de las ciencias y la ingeniería, y otro hacia temas más sociales y económicos.

Este último es al que asiste Gil todos los días que tiene clase. «Mi campus es bastante más pequeño que el general pero es como el edificio Quintiliano de grande», explica. También remarca que «está bien dotado tecnológicamente, cuenta con buenas aulas y la gente que trabaja ahí es muy maja».

Todo esto es la prueba de que «la inversión en educación en la universidad donde estoy ha sido alta», subraya.

Gil está muy contento con su experiencia en Turquía, así que recomienda que otras personas hagan lo mismo que él y que se apunten al programa Erasmus. «La mayoría de los alumnos vuelve con sensaciones muy positivas, las ideas bastante claras y ninguno se arrepiente de haber ido. Por eso creo que la universidad debería apoyar más esta experiencia», concluye este alumno de GADE.