Escribió Oscar Wilde que «hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti», frase que se ha incorporado al lenguaje popular como «que hablen de ti, aunque sea mal», un consejo que seguro que no comparte estos días el equipo de festejos del Ayuntamiento de Logroño. Y es que no se habla de otra cosa, en el bar, en la calle, en los grupos de whatsapp, en los medios de comunicación y en el ámbito político. La huelga anunciada de los servicios municipales de limpieza, cuyo inicio se ha previsto para el miércoles, ha sido la guinda a un amargo pastel que cortó ayer su mayor porción con el anuncio de que no habrá este año Espacio Peñas, que se ha convertido en los últimos años en un pilar fundamental de una fiesta en el que la participación pública va perdiendo protagonismo. La reducción progresiva de las noches de fuegos artificiales -este año serán tres frente a los cinco de 2019 y los cuatro de 2022- y la pérdida de lustre de las actuaciones musicales gratuitas, especialmente criticadas este año, dejan unos sanmateos que se sustentan día a día y para el gran público con poco más que las degustaciones y las barracas, una vez confirmada la ausencia del Espacio Peñas.
El equipo de Gobierno municipal, que atravesará su particular calvario en septiembre, deberá replantearse el enfoque de las Fiesta de la Vendimia de 2025, una celebración que lleva con el presupuestos estancado en alrededor de medio millón de euros varios años;de hecho, está fue la cantidad que destinó el Ayuntamiento en 2020, bajo la gestión entonces de Pablo Hermoso de Mendoza, para paliar los efectos del covid en un ejercicio en el que nadie estaba para fiestas.
Logroño es un Consistorio particularmente austero en el gasto que destina a su principal semana festiva -cierto es que San Benabé mantiene desde hace varios años un buen nivel- y destina por habitante 3,3 euros, casi una tercera parte de los nueve de Haro, que ha presupuestado 105.000 euros para San Juan, San Felices y San Pedro. Cierto es que, proporcionalmente, los municipios con menor número de habitantes -Haro cuenta 11.760 frente a los 151.000 de Logroño- han de soportar costes más elevados, pero Logroño también se encuentra rezagada si la comparación se realiza con ciudades del entorno.
Soria, un millón. El caso de Soria, una de las capitales de provincia con menos vecinos del país, con apenas 40.000 habitantes, gasta el doble que Logroño, un millón de euros. Esta es al menos la cuenta que echó su Ayuntamiento, después que el año pasado tuviera que aprobar una modificación presupuestaria de 150.000 euros para pagar el incremento de los gastos de las Fiestas de San Juan, de tal manera que a cada soriano se dedica 25 euros.
Dejando aparte el caso de Pamplona, que ha aprobado este año un presupuesto de tres millones de euros, pero juega en otra liga, otras ciudades vecinas son también más generosas. Particularmente desprendido se muestra el Ayuntamiento de Burgos, que ha consignado para la celebración de San Pedro y San Pablo tres veces más que Logroño a San Mateo, un total de dos millones de euros -contabiliza 25.000 vecinos más-, y casi el doble que Vitoria, cuyo presupuesto este año para la Virgen Blanca ha alcanzado 1,1 millones. La capital de la comunidad vasca, que supera los 250.000 habitantes, ha aportado 4,3 euros por vecino para esta celebración. Las capitales de mayor tamaño del entorno no escatiman gasto en fiestas y la Semana Grande de Bilbao le ha supuesto a su Ayuntamiento tres millones, una suma similar a pasadas ediciones, 8,6 euros por habitante; mientras que el Pilar de Zaragoza supone la misma cantidad, aunque repartido entre sus casi 700.000 vecinos, con un coste mucho menor a la capital vizcaína, 4,3 euros.
¿Y otros sanmateos? Pues Oviedo tira la casa por la ventana y gastará dos millones de euros -nueve por cada uno de sus 220.000 habitantes-, mientras Valladolid destina la misma cuantía, aunque menor suma por ciudadano, 6,6 euros.
La ciudad más sobria de La Rioja. La base de datos de los Presupuestos de l.as entidades locales del Ministerio de Hacienda permite ver en detalle los gastos presupuestados por los municipios españoles. El capítulo de Fiestas populares y festejos constata que en el gasto global Logroño es igualmente sobria. Destacan municipios como Valencia, con una partida de 10,6 millones o Barcelona, con 10,15 millones;Sevilla llega a los 8,7 millones; y Málaga y Santa Cruz de Tenerife a 6,9. Huelva, menos poblada que Logroño, con 143.000 vecinos, gasta 5,2 y Oviedo, un total de 3,5 millones. La capital riojana presupuestó en total para fiestas 1,17 mientras, mientas que fueron 1,8 millones en Burgos y 1,4 millones en Soria. ¿Yen La Rioja? Arnedo fue la cabecera más espléndida, con 770.000 euros; Calahorra destinó a este capítulo 731.000 euros;Haro, medio millón de euros;Alfaro, 334.000 y Nájera, 211.000. Lardero gastó 200.000 y Villamediana, 253.000