La reciente Ley de medidas temporales y urgentes para la protección del paisaje de La Rioja, que deja en suspenso instalaciones eléctricas como la línea de alta tensión Tauste-Júndiz hasta la entrada en vigor de la futura Ley del Paisaje, ha supuesto un respiro para las aspiraciones de la Comunidad riojana de frenar este tendido por su impacto sobre el territorio regional, pero no aleja del todo el temor a que la presión de la compañía que lo promueve encuentre un resquicio para tratar de aprobar ese tendido.
«Esa ley está bien, pero no está claro que pueda frenar ese proyecto; las empresas de renovables son un lobby y no van a permitir que se les quite de forma tan clara esa línea». La reflexión es de Francisco Javier Fernández San Juan, doctor en ecología riojano, con amplia trayectoria profesional e investigadora, consultor de la FAO y autor de diversas publicaciones, que ha realizado un concienzudo estudio sobre los posibles efectos de ese tendido de alta tensión que la empresa Forestalia proyecta entre Aragón y Álava y que, de autorizarse, recorrería la Comunidad riojana a lo largo de 115 kilómetros de este a oeste y de 29 términos municipales.
Una de las conclusiones de este experto, que expondrá este viernes en Logroño (Biblioteca de La Rioja, 19,30 horas) los detalles de su estudio en una conferencia organizada por Ecologistas en Acción, es que el 75% del terreno afectado por el trazado del tendido de alta tensión Tauste-Júndiz sería de viñedo y otros cultivos, el 6% corresponde a la red viaria regional y solo un 10% sería matorral. Los cálculos realizados por este ecólogo indican que en una franja de 1.000 metros de anchura, 500 metros a cada lado del eje propuesto por la empresa, los cables de alta tensión pasarían sobre terrenos que son viñedo en un 40%, y cultivos de cereal, huerta y frutales en un 35%.
Fernández San Juan explica que esa afección a los cultivos se produciría invariablamente, incluso si se quisiera modificar el trazado, «que no puede evitar zonas comprometidas», porque los autores del proyecto lo han diseñado por el único eje por donde es factible. «En ese corredor, pongan donde pongan la línea eléctrica encontrarán el mismo tipo de terreno», explica este investigador, que apunta que Forestalia ha diseñado prácticamente el único eje posible para su tendido, dado que esquiva espacios urbanos y periurbanos.
Además, la línea no podría discurrir al sur de La Rioja, porque las zonas forestales plantean muchos problemas por riesgo y por coste y además en esa parte de la región hay muchos espacios protegidos.
El autor del estudio contradice el argumento de la empresa promotora de que la línea eléctrica pasa sobre el viñedo, pero no destruye viñas. Forestalia alega que el impacto sobre el terreno de las 151 torres del tendido que tendrían que levantarse sobre suelo riojano, con una altura de entre 40 y 70 metros de altura y una zapata de cimentación de 8x5 metros, se traduciría en la ocupación de una superficie de 40 metros cuadrados de terreno de cultivos por cada kilómetro de cableado. Por contra, cálculos realizados por este ecólogo sobre la afección que tendría la línea Tauste-Júndiz sobre el viñedo en la zona de Haro eleva esa ocupación de terreno a 1.000 metros cuadrados por cada kilómetro de tendido que sería preciso expropiar, ya que en el caso de las viñas hay que tener en cuentra la continuidad de los renques, los pasillos de separación entre esas hileras de cepas y los caminos y demás espacios para poder trabajar y posibilitar el movimiento de la maquinaria.
«El vino, el enoturismo y el paisaje son algo medular para La Rioja y su desarrollo», alega Francisco Javier Fernández, que destaca que el viñedo ocupa el 40% de la producción vegetal de La Rioja.
Lobby potente. Según comenta, aunque los productores de energía se han defendido con el argumento de que la oposición a esta lína de alta tensión la promueven intereses bodegueros, «lo cierto es que el lobby de la renovables es mucho más potente, ya que agrupa incluso a compañías multinacionales». También asegura que el estudio de impacto ambiental que presentó la empresa promotora del tendido eléctrico declara afecciones normales al territorio y las medidas y patrones que plantea para no dañar los ecosistemas «son insuficientes y están mal hechos. Esa unfraestructura es una barbaridad. Estamos hablando de muchos kilómetros y de una afección muy severa», concluye.
Aunque celebra que la Ley de medidas temporales y urgentes aprobada por el Parlamento riojano suspende todos los nuevos proyectos de este tipo, tanto de generación como de transporte de electricidad, asegura que «no hay que fiarse», porque sospecha que habrá mucha presión por parte de las empresas del sector, muchas de ellas con implantación internacional, que podrían promover recursos para desbloquear la paralización.
Eso sí, este experto en evaluación, planificación y explotación sostenible de los recursos naturales cree que las compañías «se han asustado», ante la posibilidad de que otras comunidades autónomas sigan el ejemplo de La Rioja y aprueben normativas similares.
Critica la «obsesión» por crear parques solares y eólicos, sobre todo en la provincia de Zaragoza, auspiciados por las directrices europeas, sin tener claro cómo se evacuará esa energía, y que todo ello se haya hecho sin planificación, como una imposición y sin sentarse con todas las partes implicadas. «No nos pueden atropellar», apostilla Fernández San Juan, que resalta que La Rioja tiene ya un desarrollo de las energías renovables tan relevante que en dos años esas fuentes de energía supondrá la mitad del total de producción.