Dos décadas de calidad

R. Muro
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La superficie olivarera de La Rioja pasa en dos décadas el autoconsumo a la comercialización y del olivar antiguo a las grandes extensiones. «Es el momento de hacer del olivo un sector representativo de la región»

Dos décadas de calidad - Foto: Ingrid

De fábricas de aceite al oleoturismo; de parcelas de olivo aisladas que se mezclaban entre el paisaje del viñedo a una sólida apuesta por plantaciones en superintensivo que han llevado al sector olivarero a mostrar su cara más profesional. Así han transcurrido dos décadas, con la mejora de la calidad en el horizonte, con un líquido cada vez más apreciado bajo el amparo de la Denominación de Origen Protegido (DOP) Aceites de La Rioja.

Fue un 8 de octubre de 2004 cuando el Boletín Oficial de La Rioja (BOR) publicaba la orden por la que el oro líquido riojano sentaba las bases para sumergirse sin paliativos en dos décadas marcadas por «profundos cambios». En este sentido, el campo a nivel mundial se ha visto inmerso en un panorama distintos que también ha influido en el olivar de la región. Pero además, «el consumidor ha cambiado sus hábitos en la manera de valorar y de consumir» el aceite.

Este 2024 la Denominación de Origen sacará algo más de 500.000 litros de oro líquido ya que «a pesar de que la cosecha ha sido superior al año anterior, los rendimientos han sido menores», detallan desde la propia DOP. Están siendo años difíciles para el campo en general ante los caprichos a los que acostumbra el clima. Una producción corta que «mantendrá los problemas de existencias» que viene padeciendo en los últimos años el aceite de amparado por la DOP.

Y eso que en estas dos décadas de dedicación y trabajo, el oro líquido riojano ha superado, y ha dejado ya para la historia, una fase dedicada al autoconsumo para asentar los cimientos de la comercialización. No existe en el marco de la Denominación una canal consolidado dedicado a la exportación, si bien, como señalan desde la DOP, «el aceite riojano llega a países como Alemania, Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, China, Japón, Suiza,  Taiwan y Estados Unidos». Una evidencia más que avala el decidido impulso propiciado en el sector olivarero de la Comunidad en el que aún quedan muestras de producción para el autoconsumo.

Más comercialización. Otra de los cambios que ha manifestado el campo olivarero de la Comunidad modifica precisamente la imagen que proyectan las plantaciones. Merma la superficie de «olivo antiguo, grande, con plantaciones que marcan distancia entre árboles» que ofrecen escasa rentabilidad. Por el contrario, cada vez se ven más «plantaciones superintensivas» que permiten optimizar cosechas y obtener un mayor beneficio. «En los últimos veinte años, se han dado grandes pasos hacia la comercialización del aceite», afirman. A todo ello se suma la acuciante falta de aceite en zonas tradicionales del sur que elevan «la competitividad y el atractivo» del líquido virgen extra producido en el ámbito de la Comunidad autónoma».

En octubre será la puesta de gala de la Denominación de Origen para exhibir el músculo de 20 años de trabajo, dedicación y profesionalización. Será también el punto de partida hacia el futuro. «El olivo en La Rioja tiene la oportunidad de seguir creciendo», aseguran sin opción a la duda desde Aceites de La Rioja. «Es el momento de aumentar producciones y de hacer del olivo un sector representativo en la región», señalan.