Con apenas 19 años dejaba atrás su Logroño natal y cogía un vuelo, por el momento sin regreso, a Londres para cursar sus estudios universitarios. No se imaginaba por entonces que tras cinco años - año y medio desde la finalización de sus estudios- , estaría trabajando en la capital británica como ejecutivo de marketing en una importante compañía, y que además habría encontrado en este país su nuevo hogar.
«Me fui en 2019 principalmente por dos razones: la carrera y la oportunidad». Paulo Rodrigues Ortiz (Logroño, 2000) se despedía de La Rioja en 2019 para estudiar diseño en una universidad londinense, una de las pocas del mundo en la que se cursa una titulación enfocada hacia el diseño multidisciplinar que le interesaba. «En España hay muy pocas universidades que lo enseñen, y las que lo hacen son privadas y bastante caras, y en mi situación no me lo podía permitir».
De hecho, fue gracias a una ayuda para el estudio que destinaba el gobierno británico a los estudiantes europeos que pudo costear su carrera. «Fue gracias a eso especialmente, junto a la ayuda de mi madre, lo que me ha permitido estudiar lo que quiero y de la manera en la que quiero, porque sin esa ayuda no lo podría haber hecho», y destaca que en Reino Unido «he recibido muchas más ayudas para estudiar de las que hubiese recibido en España».
Ahora, transcurrido año y medio desde que finalizó sus estudios, Paulo tiene un trabajo estable en el que incluso ya ha podido promocionar internamente, «hace un año era coordinador y ahora soy ejecutivo, eso en España tardas mucho en conseguirlo».
Aunque llegar a ello no habría sido posible sin una trayectoria marcada por el esfuerzo, trabajo duro y dedicación absoluta. «Antes trabajaba en la hostelería y siempre he tenido la filosofía de que si quieres trabajar puedes, y yo para conseguir dinero y poder mantenerme por mi cuenta nunca he tenido problema, siempre he trabajado aunque fuese limpiando platos».
¿VUELTA A LA RIOJA?. No, de momento. «Ahora ya tengo mi vida aquí» señala, y apunta a las oportunidades que la inmensa capital británica le ofrece y que no podría encontrar en La Rioja. Y es que de Londres dice, «es lo opuesto a Logroño», y destaca de la ciudad su «impresionante» mezcla de culturas y oferta cultural casi sin límites, uno de los principales atractivos que más valora y que no encuentra en Logroño. «Elementos de cultura, escena social, poder desarrollarte... Eso es lo que a mí me faltaba en Logroño y que he podido vivir estando fuera».
No obstante, aunque lejos de la comunidad, asegura «me considero muy privilegiado de haber nacido y haberme criado en La Rioja», así como la considera «muy familiar y con muy buena calidad de vida». Y, aunque todavía no es el momento ni lo ve cerca, «no descarto regresar en algún momento de mi vida, cuando me quiera asentar, pero en este momento necesito otras cosas que no me da la comunidad y que prefiero conocer antes de volver».