Hay calles cuyo nombre da pistas sobre su historia o la actividad que se desarrollaba en ellas. Ocurre con Hospital Viejo, cuya denominación alude, probablemente, a un lugar particular donde se atendía a enfermos, como relata el cronista Jerónimo Jiménez.
Los orígenes del barrio de La Villanueva hay que buscarlos en la expansión de Logroño tras el sitio de 1521. Sin embargo, una excavación arqueológica dirigida por María Milagros Martínez evidenció que en la Edad Media ya había pequeñas construcciones. Consta la presencia de un alfar desde los siglos XI-XII. En el siglo XIII, la producción de cerámica de cocina estaba consolidada y el alfar contaba con un taller y una vivienda. Fue desmantelado a finales de la centuria para dar paso a uno nuevo, que persistirá, aunque sufrirá los efectos de las pestes del siglo XIV. A finales de ese siglo, quedó arrasado, pero se reconstruyó y alcanzó su apogeo en el siglo XV.
La documentación de 1454 da cuenta de un barrio llamado Quiñón de Villa Nueva, donde vivían musulmanes, judíos, cristianos y, sobretodo francos. A finales del siglo, tras la expulsión de musulmanes y judíos, Quiñón de Villa Nueva se convirtió en un barrio marginal, donde brotaron de nuevo las pestes que asolaron la ciudad a comienzos del siglo XVI. Las tropas francesas arrasaron las construcciones y, tras su derrota, se modificó el trazado de las murallas, ampliándolo hasta la actual Avenida de Navarra y dividiendo la zona en siete calles, una de ellas Hospital Viejo. Al parecer, desde el siglo XVII existía en ese lugar un establecimiento particular de asistencia a enfermos sin recursos, apunta Jerónimo Jiménez. En el siglo XVII, la calle recibía el nombre de Rejón, en honor a Juan Fernández Rejón, hidalgo que tenía allí su residencia, aunque la importancia del hospital impuso el nombre que ha perdurado.
El Hospital Viejo se ubicaría en los portales que quedan en pie y era regentado por religiosos que asistían a pobres y a los escasos peregrinos que cruzaban la ciudad. Tenía capacidad para 12 colchones de maíz y estuvo en vigor hasta la aparición del Gran Hospital de Rocamador u Hospital de la Misericordia, ubicado en el solar del Hospital Provincial. En 1987, Jesús Martínez Cañas abrió en esta calle el primer albergue de peregrinos moderno de Logroño, que funcionó hasta los años 90.