Ignacio Echapresto, cocinero de Venta de Moncalvillo, en Daroca de Rioja, que este martes ha recibido su segunda estrella Michelin, ha afirmado que su único secreto es "trabajar incansablemente y ser honestos con el público", al que "le gusta encontrar verdad" y "esto es lo que les ofrecemos".
Ignacio Echapresto ha recogido este galardón junto a su hermano Carlos, sumiller y responsable de la sala de Venta de Moncalvillo, situado en un municipio riojano de unos 50 habitantes y que recibió su primera estrella Michelin en 2010, además de una estrella verde en 2022.
"Si nos preguntan por la clave de nuestro éxito, lo único que podemos decir es que no la hay; nuestro único secreto es trabajar incansablemente y ser honestos con el público", ha incidido Ignacio Echaprestro en una nota tras recibir el galardón en la gala de presentación de la Guía Michelin 2024, celebrada en Barcelona.
Este reconocimiento conlleva una gran responsabilidad para ellos, pero "no nos asusta. Para nosotros, la mejor manera de alcanzar objetivos es exigiéndonos cada día lo máximo, eso es lo que hacíamos ayer y lo que volveremos a hacer mañana", ha subrayado Carlos Echapresto.
Han precisado que, a partir de este martes, "no cambiará nada" en Venta Moncalvillo, porque "la misión de la familia y equipo que lo compone seguirá siendo la misma": cuidar al máximo cada detalle para que quienes se acerquen al restaurante disfruten de "una experiencia memorable, en un entorno único", donde son guiados por "un apasionante viaje desde el origen".
"Ha sido una noche inolvidable y llena de emociones para nosotros, nuestro equipo y nuestra familia", han precisado los dos hermanos, quienes sienten esta nueva estrella como un reconocimiento al trabajo que realizan desde hace 27 años.
Un premio para su madre. La sienten, sobre todo, como un premio para su madre Rosi, "sin la que nosotros no estaríamos aquí porque ella, que falleció hace unos años, fue la que nos ayudó en la cocina en los inicios, nuestra inspiración y nuestro motor".
También han recordado a su padre, que "nos ha apoyado en todo desde el principio y está a nuestro lado siempre incondicionalmente".
"Sin nuestro equipo no somos nada y esto es el resultado del trabajo de todos. Nos sentimos arropados por ellos, que han estado en las buenas y en las malas en todo el camino", han asegurado, por lo que "esta estrella supone una buena dosis de ilusión para todos nosotros".
Los hermanos Echapresto han recordado que, desde hace años, trabajan en favor de la sostenibilidad porque están convencidos de que es "el único camino para poder seguir ofreciendo en un futuro una cocina de calidad", comprometida con el entorno, con sus productores más cercanos y con el planeta.
La filosofía de Venta Moncalvillo está basada en el origen de los productos, ya que se abastecen, en gran medida, de su propia huerta, ubicada en la misma finca y que cultivan, desde 2010, en agricultura ecológica y, desde 2018, bajo los principios de la biodinámica, con las únicas ayudas obtenidas de forma natural de animales y de plantas, lo que evita el uso de químicos en sus procesos de cultivo.
Calidad y trazabilidad. Crean su propio compost y gestionan su propio banco de semillas, con más de 250, que plantan año tras año y que dota a sus productos de una demostrable calidad y trazabilidad.
Los vegetales tienen una gran representación en toda su oferta gastronómica, que, desde 2020, ofrece un menú totalmente vegetariano, denominado 'Hojas-Flores', compuesto por verduras, setas, hierbas y frutos.
Junto a Venta Moncalvillo, los hermanos Echapresto dirigen una línea de catering, con servicios personalizados en ubicaciones singulares en La Rioja; y, en 2021, sacaron al mercado una línea de hidromieles con bodega propia.
También son los impulsores de Cocinas de Pueblo, un evento celebrado en 2019 y 2022, que pone el foco en visibilizar y dar valor a la cocina que se hace en pequeños pueblos.