Población envejecida, caída en picado de los nacimientos y las migraciones como única salvación. En esos tres puntos resume el contexto demográfico riojano Sergio Andrés Cabello, profesor de Sociología en la Universidad de La Rioja (UR).
Que la población envejezca «no es malo» señala Andrés Cabello, y es que ello lleva implícito la mejora en las condiciones de vida, un incremento en la esperanza vital y otras evoluciones sociales que conllevan la prolongación de la vida humana. Aunque no es el desarrollo social el único motivo.
El baby boom vuelve a dejar huella en la pirámide poblacional, dando así la vuelta al positivo efecto que causó en la natalidad española en un primer lugar, «es la generación con más nacimientos y que ahora está pasando a otro corte poblacional, lo que significa que van a llegar a edades mayores muchas personas, lo que dará lugar a que la mortalidad sea mayor».
El problema, indica Andrés Cabello, reside en la tendencia aparentemente irreversible de la caída de natalidad «hemos asumido ese escenario».
Una situación que da lugar a una serie de retos y desafíos para la sociedad y que se gestionará, indica Andrés Cabello, con medidas como el incremento de la edad de la jubilación «para que el sistema sea sostenible».
En este contexto, la migración se consolida cada vez más como el elemento necesario para contrarrestar la balanza «la natalidad sigue una tendencia a la baja y que no genera crecimiento vegetativo», algo que se asociaría también a las políticas de natalidad que «no están funcionando» porque, expresa, hay cosas que «por mucho que hagamos el pino puente» tienen difícil solución.
Idiosincrasia riojana. La situación geográfica y demográfica de La Rioja sitúa a la comunidad por encima de la media de envejecimiento nacional «pero mejor que otras regiones», señala.
Destaca también por ser una de las regiones con más población extranjera «por las características de nuestro sistema económico, que da lugar a más ofertas de trabajo en ciertos sectores y que atrae población extranjera».