Si uno piensa en un 'gigante', lo más probable es que evoque una figura masculina. A esa conclusión llegó Carlos Callizo (Sevilla, 1965) en una conversación desenfadada con su grupo de amigos cuando, al pasar lista por las diferentes figuras mitológicas, religiosas y literarias, cayeron en la cuenta de que ninguna tenía ni nombre, ni mirada de mujer, «si hubiesen sido gigantas habrían empleado su fuerza de otro modo, seguramente menos brutal».
Un sevillano afincado en Murcia que ha dejado plasmadas en fachadas de toda la geografía internacional las miradas de sus 'Gigantas'. Así denomina Carlos Callizo, pintor y artista urbano, a sus obras, principalmente rostros femeninos con un claro foco protagonista en la mirada de la mujer, y con las que busca elevar y transmitir el empoderamiento femenino, mediante técnicas de pintura ecológica.
Rostros gigantes que no caben, ni siquiera, en fachadas de más de 32 metros, como la que pintó en el barrio de La Paz en Murcia, el mural más alto de España, «quería hacer verdaderas gigantas, lo más grande posible, y si te fijas la mayoría de los rostros no caben en la pared, la cara se expande independientemente de la altura».
Invitado por la ONU en China, a petición del ayuntamiento de Estambul, o contactado desde Polonia, Francia, o el Carible, Callizo ha ido así repartiendo miradas gigantes hacia el empoderamiento femenino alrededor del mundo.
Sus inicios se remontan a sus 20 años, y durante una temporada decidió poner en pausa el arte urbano para centrarse en el pincel y caballete, aunque con el nuevo resurgir del 'arte callejero' con las redes sociales en el 2015, Callizo retomó este camino artístico y desde entonces compagina su carrera como pintor con la docencia en la Universidad de Murcia, impartiendo pintura de mural y retratos.
nueva giganta en lardero. El pueblo cigüeño se suma a la familia de Gigantas de Callizo, con una nueva mirada contra la violencia machista que vestirá una fachada de la calle González Gallarza, sobre la cual estará Callizo pintando su obra hasta este sábado, como él dice, «si no me echa la lluvia».
«Quería reflejar una mirada especial, poderosa y relajada, aunque quería completarlo con algún elemento más, y por eso he puesto una mano blanca que, aunque el color para este tema es el violeta, he elegido este color para reflejar también en él a las víctimas del terrorismo, y darle más dramatismo y un doble sentido» explica.
La obra de Callizo ha sido elegida como la ganadora del concurso de Fachadas y Murales de Lardero.