Arte regenerativo sobre la piel para vencer al cáncer

David Hernando Rioja
-

La especialista en tatuaje paramédico y micropigmentación, Míriam Apellániz, y la creadora de las prótesis de areola y pezón, Patricia Benito, tratan de dar confianza y seguridad con su trabajo

Una paciente se somete a una sesión de tatuaje paramédico - Foto: Óscar Solorzano

El cáncer sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la sociedad. Es cierto que los científicos están logrando importantes avances en esta lucha para algunos tipos de cáncer pero hay otros en los que la mortalidad sigue siendo muy alta.

El número de cánceres diagnosticados en nuestro país durante el año 2025 alcanzará los 296.103 casos, lo que supone un ligero incremento del 3,3% respecto a 2024 con 286.664 casos, según el informe Las cifras del cáncer en España 2025, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN). 

Esta lucha afecta a todas las personas y por ello, no solo los científicos e investigadores juegan un papel importante, sino que hay otros profesionales que aportan un valor vital para los afectados por esta enfermedad.

Algunos de estos profesionales son los que se dedican a la reconstrucción y tatuaje de los pechos de las mujeres una vez que son extirpados después de las operaciones que se realizan para curar el cáncer de mama. En Logroño hay varias profesionales que se dedican a esto, entre las que se encuentran Míriam Apellániz Bustos, especialista en tatuaje paramédico y micropigmentación, y propietaria de Mab Tattoo Studio; y Patricia Benito, creadora de las Prótesis de Areola y Pezón, y dueña de la clínica iQuantum Clinic.

Apellániz explica que se dedica a restaurar y recuperar la piel tras tratamientos como la masectomía en casos de cáncer de mama. «Uno de los objetivos es ayudar a contribuir y a recuperar esa autoestima y confianza tras los tratamientos», destaca.

Esta profesional hace más de 10 años que se dedica a esto y hace más de 6 que tiene su centro propio. Aunque uno de los problemas es el desconocimiento de su profesión, ya que «un estudio dictaminó que había un desconocimiento mayor del 98% sobre lo que es el trabajo de un tatuador paramédico», lamenta.

Las técnicas que utiliza Apellániz son «muy especificas» en relación a lo que se usa en el sector del tatuaje. «Estas son muy especializadas en cuanto a la técnica y a las herramientas que utilizamos», señala. 

Otro aspecto que se debe tener en cuenta son los pigmentos, ya que «tienen que ser biocompatibles». «Y además, se tiene que trabajar de una forma muy controlada y conociendo lo que estás haciendo», añade.

La complejidad de estos trabajos depende de varios factores. Uno de ellos es el emocional, ya que «son delicados y muy duros para las pacientes». «Estos requieren mucho del momento en el que está la persona que viene, como ha pasado la enfermedad y como le ha podido afectar», indica.

Otros factores pueden ser las cicatrices producidas por la reconstrucción que le han podido realizar a la paciente previamente.

Apellániz también explica que otro de los factores que ha variado ha sido la edad de las pacientes que suelen acudir a su estudio. «Hasta hace unos años me encontraba gente mayor de 50 años o más, pero llevo unos años atendiendo a mujeres con alrededor de 30 años», detalla.

Este cambio es muy positivo porque cada vez hay mas controles y se detectan estas enfermedades con más tiempo, ya que «se hacen muchos más estudios para prevenirlo y que muchas más mujeres se puedan salvar de esta enfermedad», subraya.

Prótesis. Patricia Benito es otra profesional que ayuda a estas mujeres después de la operación. Explica que la prótesis de silicona paramédica que hace ella y que salva la pérdida de areola y pezón es «una pieza única y exclusiva que se crea para cada mujer y suple la pérdida de esa parte tan especial y esencial a la hora de realizar una masectomía».

Este nuevo servicio que solo proporciona ella en La Rioja empezó cuando sus pacientes iban a  despigmentarse porque se habían sometido a una cirugía y la micropigmentación se había visto afectada. «Esa micropigmentación había cambiado de tonalidad con el paso del tiempo y ya no les agradaba», señala.

Estas pacientes no sabían cual podía ser el siguiente paso, así que esta profesional buscó y trabajó para confeccionar unas creaciones que «son absolutamente realistas, ya que presentan volumen y textura veraces. También se pueden usar bajo la ducha, en el gimnasio y dormir con ellas».

La parte más complicada ha sido conseguir ese detalle para que «fueran invisibles y que creasen una adaptación con el pecho muy grande». «La idea es que si alguien estuviese haciendo topless en la playa, que la gente mirase y no notase la diferencia con uno de verdad», apunta.

Estos cambios en el cuerpo de las mujeres les proporciona autoestima y la seguridad de «poder mirarse y sentirse en el espejo». «Te puedo asegurar que cierras los ojos y confunde al tacto, ya que podemos personalizar la tonalidad, la textura, la dureza y recrear cada detalle», destaca.

El perfil de las mujeres que acuden varía. Las pacientes que tienen una mayor edad suelen ir porque sus hijas les han motivado para ello. Pero luego hay pacientes entre los 35 y los 45 años que «buscan una alternativa que cubra esa pérdida a la que ha tenido que decir que si», concluye.