Necesitaba ganar la Unión Deportiva Logroñés para disipar las dudas y lo ha hecho. Tres puntos y vuelta a la senda del triunfo en Las Gaunas tras vencer a un Gernika que no se ha dado por vencido al verse tres goles por debajo y ha seguido creyendo hasta el pitido final, dejando un sabor de boca amargo para los blanquirrojos.
La sesión matinal de liturgia dominical ha comenzado con sobresalto para la parroquia blanquirroja, que ha visto como el Gernika se ha podido adelantar apenas tres minutos después de comenzar, en el primer disparo visitante, con Arzallus rozando el premio de no haber sido por la intervención de Kike Royo, despejando a córner.
El equipo de Miguel Flaño se ha hecho dueño y señor de la posesión, utilizando todo el terreno de juego para someter al cuadro vizcaíno y agotarle persiguiendo sombras. Esta estrategia no parecía dar resultado, porque las ocasiones no llegaban y ha comenzado a resonar un ligero murmullo en las gradas.
El murmullo se ha convertido en inquietud cuando a la media hora de partido, Lupu ha fallado un penalti por partida doble: primero se ha topado con Altamira y un minuto después con el travesaño, puesto que el primer intento se ha mandado repetir por invasión de área. A esto se le ha sumado el cambio obligado de Monreal por lesión, aquejado de la espalda, para dar entrada a Andoni Ugarte, a la postre determinante.
Si Jon Madrazo está bien, la UD Logroñés lo nota. Es un termómetro blanquirrojo. El de Ortuella había sido hasta el momento el mejor de los de Flaño, generando peligro y creando ocasiones, siendo el más activo de estos desde que habían saltado al verde. Su insistencia ha tenido premio, siendo él mismo el encargado de disipar todas las dudas de la grada. Conexión vizcaína: pase de cirujano de Ugarte, que ha visto mejor que nadie el desmarque del extremo a la espalda de la defensa, control orientado aún mejor, recorte al portero y gol. La calma había llegado a Las Gaunas.
Al Gernika no le ha sentado bien el golpe y ha quedado tambaleando sobre la lona. Los de Flaño, que han olido sangre, apenas han tardado dos minutos en volver a conectar otro impacto, esta vez, directo al mentón. Jugada de cocción lenta que ha terminado por banda derecha con Yasin centrando y Lupu reencontrándose con el gol, tras adelantarse a su marca y cabecear en el primer palo directo al fondo de la red.
Los cinco minutos que han transcurrido hasta que el colegiado ha mandado a los futbolistas a vestuarios, eternos para el Gernika, han servido para que la UD Logroñés mostrara su pegada ofensiva, pudiendo anotar otros par de tantos de no haber sido por el arquero visitante. Pero con el 2-0 se ha llegado al intermedio.
Mucho más cómoda sobre el terreno de juego, la UD Logroñés ha vuelto a encontrar recompensa poco después de regresar al verde. Ataque en tromba local y estreno de Antonio Caballero como goleador blanquirrojo con un derechazo desde la frontal tras otra gran acción de Riki, uno de los que más lo intentó en todo el segundo acto. La mañana era del todo apacible, sol en la capital riojana y goleada sobre el césped. Tan apacible, que la relajación le ha podido costar cara a la UD Logroñés.
Los de Flaño, mucho más destensados, han dado alas a un Gernika que se acercaba cada vez con más continuidad al área local. Y fruto de ello, ha llegado el tanto de Pacheco que ha vuelto a activar la sala de maquinas a falta de un cuarto de hora para terminar. Ha reaccionado a tiempo la UD Logroñés, regresando al plan inicial de no rehusar a la posesión, encontrando de nuevo los espacios frente a un Gernika volcado en ataque y que no ha puesto en más apuros a los locales. Tres puntos para los blanquirrojos, en encuentro donde han demostrado una mejoría respecto a los últimos partidos y también una muestra, poderosa aunque intermitente, de su energía ofensiva.