Con departamento de recursos humanos, call centers y moviendo más dinero que el narcotráfico. Así son los ciberdelincuentes que han fijado en la Sanidad uno de sus objetivos prioritarios porque, según corroboran los expertos, es el ámbito donde más tiempo se tarda en detectar una posible vulneración de información: un promedio de 329 días. Por ello, la ciberseguridad es junto a la privacidad de los pacientes los principales retos que debe afrontar un sistema sanitario que se encuentra en plena transformación debido a la telemedicina, la monitorización en remoto y la introducción de herramientas de Inteligencia Artificial (IA). Así lo aseguraron diferentes expertos durante la II Jornada del HealthTech Observer (HTO), organizada por GMV en colaboración con la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) que se ha celebrado esta semana en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid.
Y es que el modelo asistencial se dirige, según los expertos, hacia el llamado «hospital líquido», un modelo caracterizado por su flexibilidad, que se adapta mejor a las necesidades y entorno de los pacientes, y es más ágil en la resolución de todos los procesos. Una forma de atención sanitaria que se encamina hacia una medicina predictiva, personalizada, de precisión y colaborativa poniendo al dato en el centro de la operatividad. Y es precisamente en ese punto donde surgen los retos ya citados. Un ciberataque puede llevar a hacer más vulnerables a los pacientes, paralizar la actividad asistencial y comprometer investigaciones en la que los datos son la principal evidencia. De ahí la necesidad de blindar la Sanidad porque, como subrayan los expertos, «la digitalización ha avanzado más rápido que la ciberseguridad», entre otros motivos por la falta de previsión y de inversión.
«Es cierto que los ciberataques son cada vez más frecuentes a nivel global, y las organizaciones deben conocer sus procesos críticos y contar con planes específicos para enfrentarse a ellos o exponerse a sus consecuencias; esto es un desafío y también una oportunidad para mejorar la seguridad», ha afirmado.
Inteligencia artificial
En esta misma línea, aprovechar todo el potencial de herramientas como la inteligencia artificial, con la que poder acelerar la investigación para aplicar la medicina personalizada y de precisión, conlleva disponer de los máximos estándares de seguridad, sobre todo para preservar la privacidad de los pacientes sin que ello repercuta en las investigaciones. «La compartición segura y responsable de datos de salud puede mejorar significativamente la atención sanitaria y el bienestar social», aseguran los expertos en este sentido.