Acaba de ingresar en el sello Artesanía de La Rioja y lo ha hecho como muñequera, oficio que no se ajusta al cien por cien a sus creaciones. Se define como miniaturista pues modela figuras humanas, dotándolas de una gran verosimilitud. Lo más difícil de su arte es «conseguir una expresión que dé vida, que transmita sensaciones con la mirada, con la sonrisa...». En las manos de Carolina Villar (Logroño, 1980) estas recreaciones de pequeño formato muestran toda su vitalidad.
Llegó a las miniaturas tras formarse en la Escuela de Artes y ejercer de la mano de su madre. «Es en la artesanía donde me siento más cómoda. En la familia siempre se ha valorado lo artístico aunque esto me viene por parte de mi madre (Asun Marañón). Tuvo una tienda dedicada a la venta de material de bellas artes donde también se daban clases. Es ahí donde fue investigando, probando materiales y descubrimos que lo que se aplicaba a las grandes manualidades también podía valer para las más pequeñas», rememora.
Tras estas primeras experiencias profesionales, despegó con ímpetu su pasión por el modelado. «Disfruto como una niña, la verdad, porque al tiempo que modelo, diseño la ropa, busco telas para sus vestidos pero también doy forma a los complementos, invento los accesorios. Y lo hago a escala», se emociona.
En la actualidad, al tiempo que cumple un encargo para Australia (la artista recrea la figura de una adolescente recientemente fallecida), da forma a la reina destronada (y descabezada) María Antonieta. ¿Con o sin testa? «De momento me la han pedido con cabeza y es cierto que el peinado y el vestido me va a dar mucho trabajo por su nivel de detallismo», se ríe.
El coleccionismo es una de sus fuentes de ingreso, toda vez que son muchos los adultos que le piden la recreación de sus actores o músicos preferidos. Y, más allá de las estrellas rutilantes cuya copia más o menos afortunada puede encontrarse al alcande un click, ha encontrado un nicho de mercado en el star system español. Aún no le han pedido que dé forma a Pepe Viyuela o Javier Cámara «pero sí que me han encargado que recree al Luis Ciges de Amanece que no es poco y tengo que reconocer que me he divertido mucho».
Entre sus clientes confesos figuraba Carolo Pávez que pidió una miniatura de su madre, la actriz Terele Pávez, «para regalársela a Álex de la Iglesia como recuerdo de su trabajo conjunto en Las brujas de Zugarramurdi».
«Aunque sé que la gente dice que Facebook está un poco muerto, tengo que reconocer que a mí sí me contactan por esa vía. Este mundo puede ser muy cerrado pero a través de los grupos de miniaturas sí me llegan muchos encargos», informa. Así, además de trabajar para una clientela nacional, atiende pedidos de Estados Unidos, Gran Bretaña o Australia.
Como cada encargo tiene su peculiaridad y su nivel de dificultad, Carolina Villar «no trabaja con fechas». «Siempre suelo pedir un mes de tiempo para completar mi trabajo, lo que no quiere decir que esté todo el mes mano sobre mano. Hay veces en las que no estoy satisfecha con cómo queda un traje, un complemento y lo recreo una y otra vez», se despide un artista con alma de artesana.