El turismo en La Rioja ha iniciado el año con unos datos que grosso modo indican que se ha recuperado el 70% de los viajeros y de las pernoctaciones del inicio de 2020 y de 2019, y eso que la movilidad se contuvo porque estuvo marcada por la variante ómicron que dejó a muchos contagiados confinados en casa. Unas cifras que mientras para unos ya denotan mejoría y optimismo, como para el sector de los alojamientos rurales (que han recuperado más del 80% de su cuota de viajeros), para los hoteleros siguen siendo malos datos porque siguen perdiendo negocio.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística publicados ayer referidos tanto a hoteles, como a alojamientos rurales, apartamentos de uso turístico y campings, indican que en La Rioja estuvieron en todos estos establecimietos en enero un total de 22.828 personas, 33.564 en enero de 2020, 4.975 en enero de 2021 (había restricciones de movilidad en las navidades 2020-2021 por lo que no se tiene en cuenta este dato ya que casi todos los alojamientos turísticos estaban cerrados) y en 2019 por ejemplo hubo 29.881, incluso menos que en 2020. Respecto a las pernoctaciones, en enero de este año se han contabilizado 40.058 y en 2020, 57.423.
Lo cierto es que enero es el peor mes de todo el año en viajeros y pernoctaciones para La Rioja, pero, teniendo en cuenta las impresiones del sector de febrero, ya se pueden ver tendencias positivas.
Desde la Asociación de Hoteles de La Rioja integrada en la FER su presidente, Demetrio Domínguez, explica que el sector comenzó 2022 con muy mal pie por la ómicron y ya con anulaciones de reservas. Querían ser optimista a tenor de la demanda que estaban teniendo aunque se truncó de primeras con esta variante de coronavirus que desbarató los planes. Si bien, son conscientes de que poco a poco se va recuperando la tónica de la demanda, que el turista quiere salir, se quiere olvidar de pandemias y quiere vivir de otra forma.
Con la pandemia tal y como parece que está, y sin contar con ninguna otra variante que lastre el optimismo o que ralentice la llegada de turistas, lo lógico es que de cara a la primavera haya buenas cifras de turismo.
«Pero cierto es que tenemos que poner todos de nuestra parte. Lo que queremos es poder partir de cero, sin pérdidas, y a partir de ahí empezar a trabajar igual», indica Domínguez, de la misma forma que considera que estar aún a un 70% no es un buen dato, «porque eso nos supone pérdidas lo miremos por donde los miremos, para nosotros son pérdidas». Y se refiere también al dato de que la hotelería en enero tuvo una ocupación del 18,8% de plazas, «eso son pérdidas» (en enero de 2020 la ocupación fue del 26% mejor incluso que en 2019, del 25%).
«Tenemos optimismo en la primavera, pero de momento no lo vemos materializado en las reservas». Para el hotelero, el turista ha cambiado en algunas formas de actuar como en las reservas, «ahora se hacen viajes a última hora», pero, es consciente de que, en este cambio La Rioja puede jugar un buen papel y beneficiarse, «porque ahora se estila viajar más veces pero menos días, y en ese mercado estamos nosotros». Domínguez apuesta por un plan de dinamización turística en conjunto, y por mover el turismo de eventos y empresarial también. Una movilidad que podría ir de la mano de un progresivo crecimiento de la actividad en el país.
Lo rural está de moda.
El turismo rural ha recuperado mejor en La Rioja que el de ciudades. Si bien, los alojamientos rurales ofrecen 950 plazas, mientras que los hoteles ofrecen 5.400, al menos en enero. Y en realidad, si 19.296 viajeros fueron a un hotel, en el pasado mes, 916 fueron a una casa rural. Pero, parece que el turismo rural de La Rioja «va a vivir uno de sus mejores años, tenemos la sensación de que tanto 2022 como 2023 van a ser grandes años para el turismo rural», explica el presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja, Ascarioja, Joaquín Sánz, quien explica que, « con todo este proceso que se inició con la recuperación del covid, pudimos ver el interés que tiene el turista nacional por pasar tiempo en entornos rurales en un medio ambiente abierto sin aglomeraciones, y estamos seguros de que esa tónica se va a mantener durante los próximos años».
Sanz explica desde Torrecilla en Cameros que el año pasado se dio un fenómeno diferente, «ya que vinieron viajeros de lugares más lejanos de lo normal, de Andalucía, Valencia, Extremadura». «Creemos que estamos haciéndolo bastante bien, que ofrecemos un buen servicio en las casas rurales, y que la imagen de La Rioja es muy positiva, y es muy acogedora y que es una región que tiene mucho que descubrir aún. Cuando viene la gente se sorprende de que La Rioja no solo es vino».
Semana Santa reservada.
Para los dueños de casas rurales, y apartamentos turísticos de estas zonas, no solo la primavera va a ser muy buena, porque tienen casi todos los fines de semana cogidos y la Semana Santa reservada, sino que el verano va a ser muy bueno, de hecho, «se han activado las llamadas, han pasado ya el nerviosismo de Navidad y de enero por el covid, la gente está ya dejando atrás la pandemia y piensa en que va a poder disfrutar de su tiempo libre. Ya hay reservas incluso para agosto», apunta Sanz.
Eso sí, para las zonas rurales, «la asignatura pendiente es cómo atraer al turista internacional y que pase más tiempo en La Rioja. «Que no sea una visita relámpago de uno o dos días. Que no pasen por aquí solo. Nuestra previsión es que va a ir muy bien con el turista nacional, pero cuando se sienta liberado de la pandemia volverá a viajar al extranjero».
En enero la mayor parte de los visitantes que pernoctaron en La Rioja fueron de País Vasco (18%), Madrid (17,4%), Cataluña, (13,5%) y Castilla y León (9%).