"Es difícil aprender a hacer bolillos, pero es muy relajante"

Mónica Burgos
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Auri se define como amante de las labores. El bolillo es la última que aprendió, pero la que más le ha gustado. Ahora, cumple 25 años desde que comenzó a enseñar su arte

Auri lleva 25 años enseñando a hacer bolillos. Ahora da clases en un piso de una amiga dónde se reúnen los jueves. - Foto: Óscar Solorzano

El arte del bolillo no es tarea fácil, aunque sí sumamente relajante y adictiva. Al menos así lo describe una experta bolillera que, tras 25 años dando clases, se declara una amante incondicional del bolillo. Aurea Muntión (Logroño, 1960), reconoce que no se sentía demasiado atraída por su práctica en un inicio; de hecho, fue a raíz de que una amiga le insistiese que finalmente se lanzó y decidió probar suerte. «Mi amiga empezó a hacer bolillos y ella me insistía mucho en que me iba a encantar, y ya de tanto que me decía al final lo hice». Y desde luego, su amiga no se equivocaba. «Enseguida se me dio bien» recuerda. Tan bien que su maestra, quien por aquel momento rozaba su retirada, vio en ella el perfecto relevo «'tú te tienes que quedar con la clase', me dijo».

Al cabo de cuatro años desde que se inició en la práctica del bolillo, comenzó a dar clases tres veces por semana en Plus Ultra y, después, en el piso de una amiga, dónde continúa a día de hoy reuniéndose todos los jueves, «para dar los cursos y charlar». Reconoce que impartir las clases no le cuesta, «es enseñar lo que sabes», sin embargo, aprender el bolillo, asegura, no es tan sencillo, «si no te gusta no hay manera de aprenderlo, porque es muy difícil, cuesta mucho tiempo, pero una vez que aprendes no se olvida nunca».

Se define a sí misma como una amante de las tareas, algo que le facilitó el aprendizaje de esta afición, «yo coso, bordo... soy de labores», y aunque resulte paradójico, la que es su labor estrella, fue la que más tarde comenzó a practicar, «lo último que aprendí fueron los bolilos, y es lo que más me ha gustado». Hoy en día asegura que mucha gente continúa haciendo bolillos, no obstante, apenas gente joven, algo que lamenta ya que asegura ser «lo más relajante que hay, si yo estoy estresada me pongo a hacer bolillos y me quedo como nueva», por lo que si algo tiene claro es que seguirá practicándolos y enseñándolos muchos años más.

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