Un refrán popular asegura que el éxito tiene muchos padres mientras que el fracaso siempre es huérfano. Esto traducido al lenguaje político supone que quien pierde unas elecciones suele caer en desgracia en los aparatos de los partidos que, una vez superado el duelo de digerir los resultados, buscan una reactivación pensando ya en la siguiente cita electoral.
El PSOE de La Rioja se encuentra, precisamente, en ese momento. A nadie escapa que en Martínez Zaporta culpan directamente a Hermoso de Mendoza por los «desastrosos» resultados en Logroño. Determinadas decisiones suyas, como el empecinamiento en el proyecto calles abiertas o su incapacidad de inaugurar la estación de autobuses antes de las elecciones, algo que hizo el PP a los pocos días de acceder al Gobierno municipal, son vistas como determinantes para justificar el revés que les dió el electorado capitalino.
Todo ello junto a la discrepancias en el modo en el que se está afrontando la labor de oposición municipal y las últimas críticas de Hermoso de Mendoza hacia el partido, donde siempre ha actuado como un verso libre, han llevado a la cúpula del PSOE riojano a buscar un relevo en el liderazgo municipal.
La secretaria general, Concha Andreu, citó al exalcalde en la sede del partido y le comunicó su intención de apartarle de la portavocía. De esta manera, seguiría como concejal, llevando los asuntos de agenda urbana, pero ya tendría ningún tipo de responsabilidad añadida y supone que, en la práctica, se le cierran las puertas, al menos las oficiales, para repetir como candidato en las próximas elecciones municipales.
Los estatutos de la organización indican que si el interesado no acepta la decisión del 'aparato' debe ser la Ejecutiva Local la que apruebe por mayoría el nombramiento de un nuevo portavoz.
Fuentes del partido avanzan que el asunto se llevará previsiblemente antes de 10 días al órgano correspondiente y una vez allí serán sus miembros quienes decidan al sustituto al que pedirán. Desde Martínez Zaporta aclaran que el portavoz será quien obtenga más votos, sin que oficialmente el partido muestre sus preferencias. Lo único que pedirán al que afronte el liderazgo municipal es que tenga mayor perfil político que el actual. Dicho esto, y aunque en teoría no haya un respaldo explícito, nadie duda de que el objetivo de Andreu pasa por que asuma ese cargo la secretaria de organización del partido y también concejala, María Marrodán.
Más discrepancias aparecen a la hora de interpretar por qué Andreu quiere a Marrodán en ese puesto. Los más afines al sector oficialista lo atribuyen a su deseo de dar carga política a esa portavocía. Los críticos, por su parte, lo achacan a un intento de arrinconarla en el Ayuntamiento y, de este modo, evitarse a un rival de peso en un hipotético intento de revalidar su cargo de secretaria regional.
Preguntado al respecto, Pablo Hermoso de Mendoza se limitó a zanjar la conversación con un «nada que decir».