El Mercado de kilómetro cero

El Día
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El Corregidor es, de siempre, la despensa de los logroñeses que viven en el centro

Imagen de archivo de El Corregidor. - Foto: El Día

El Mercado del Corregidor lleva más de cincuenta años (comenzó a operar a principios de la década de los sesenta) siendo la despensa de todos los logroñeses que viven en el centro de la capital. Ubicado entre dos de las principales arterias de la ciudad (Avenida de la Paz y Duquesa de la Victoria, vías desde las que tiene entrada), la plaza ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, ampliando su cartera de servicios para fidelizar a un cliente que, generación tras generación, es fiel a los productos del Corregidor.

En la actualidad, casi una veintena de puestos ofrecen sus mercaderías de calidad y lo hacen en un horario versátil. Sus puertas abren de lunes a viernes, de 7.30 a 14.15 horas y de 17 a 20.15 horas, mientras que el sábado el mercado está abierto de 7.30 a 14.15. En unos tiempos en los que hay muchos consumidores que optan por concentrar sus decisiones de compras en las grandes superficies, el Mercado del Corregidor sigue apostando por las señas de identidad que en sus seis décadas de existencia le han dado fama.

«Lo bueno que tenemos es que ofrecemos productos de kilómetro cero». Así lo afirma la jarrera Adelaida Alútiz, secretaria del Mercado del Corregidor. «Salvo el pescado, que por razones que todos comprendemos no es de kilómetro cero, el resto de productos son de proximidad», acota. Es tal la cercanía entre el punto de producción del género  y su punto de venta que «muchos de los productos vienen de las propias huertas de los vendedores».

El Mercado del Corregidor apuesta por el lábel riojano y este distintivo es sinónimo de «calidad». «La excelencia en el producto ha sido siempre una característica de esta plaza», afirma Alútiz que es consciente de que los clientes que se acercan a las inmediaciones del Ayuntamiento lo hacen «en busca de un producto de máxima calidad».

Los patrones de compra han cambiado y son muchos los clientes preocupados por su salud. Y esto no se reduce a mantenerse en forma. «También en comer sano, con una dieta equilibrada y con género de calidad», añade.

Es por ello que el Mercado del Corregidor sigue contando con la confianza del cliente tradicional «la madre o el padre que siempre nos ha comprado, el vecino o la vecina que vive en el barrio» pero también ha ganado adeptos porque «son muchas las familias jóvenes que confían en nosotros».

Para todos ellos, el Mercado del Corregidor ofrece proximidad, excelencia pero también variedad. En la plaza no hay ningún producto que no se pueda encontrar en cualquier lineal de otras superficies. «Salvo los artículos de droguería», informa, «el resto de bienes se venden en este mercado».

Así, entre la veintena de puestos existentes en el Corregidor (alhóndiga de titularidad privada en la que los puestos o bien son de propiedad o son alquilados) se caracterizan  por la exquisitez de sus productos de carne y charcutería, la variedad del pescado, la fruta y verdura de temporada pero también algo tan básico y del día a día como el pan. Y, además, se dispensan pastas de calidad pero también setas y hongos.

Para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo y al perfil de sus clientes, el Mercado del Corregidor ha ampliado su catálogo de servicios. En primer lugar, ofrece la posibilidad de realizar pedidos por WhatsApp. 

Igualmente, tiene a disposición de los usuarios un servicio de taquillas refrigeradas, sistema de máxima utilidad que permite conservar, en perfectas condiciones, la compra a la espera de la vuelta a casa del cliente.

Y, por supuesto, ofrece a los consumidores la posibilidad de estacionar el coche, de forma gratuita, en el vecino Aparcamiento de La Paz (Plaza del Ayuntamiento), a escasos metros del mercado.

Todo esto, y mucho más (la asociación programa diferentes actividades lúdicas al tiempo que alberga, en su interior, el Café El 23 que, entre compra y compra, sirve de solaz a sus clientes), ofrece el Mercado del Corregidor, una plaza por la que no pasan los años, que sigue colmando los paladares de sus clientes, que apuesta por la calidad de todos sus productos y que, desde siempre, ha sido embajador del mejor género riojano. Por eso es el mercado de kilómetro cero de todos los logroñeses.