La inteligencia artificial está cobrando cada vez muchas más importancia en nuestras vidas. Todos los sectores están empezando a implementarla en su día, con el objetivo de mejorar su productividad.
Uno de estos campos en los que la inteligencia artificial está creciendo es la sanidad. Y en el Hospital San Pedro no se quieren quedar atrás.
El director gerente de Fundación Rioja Salud, Juan Carlos Oliva Pérez, indica que la inteligencia artificial, en este momento, está entrando de la mano de los temas de imagen diagnóstica, ya que «es donde más avanzada está». «La imagen es un dato muy determinista y la podemos definir muy bien. Cuesta muy poco obtener resultados entrenando algoritmos de inteligencia artificial a partir de los datos de imágenes que ya hay», asegura.
Estas herramientas, señala, vienen de la mano de las máquinas y el software que usan los radiólogos, los servicios de medicina nuclear o los servicios de radioterapia.
El asunto, comenta, es que la inteligencia artificial «la compramos y no la desarrollamos» porque «una mama, una próstata y un cerebro son iguales en todos los sitios, por tanto, los entrenamientos que han hecho algunas empresas de otros países con los bancos de imágenes a nivel mundial son válidos para todo el mundo».
Aun así, Oliva destaca que existen otro tipo de inteligencias artificiales que son exclusivas de La Rioja, por lo que «nosotros las tenemos que desarrollar». Se refiere a todos los sistemas de soporte o de ayuda a la decisión en gestión porque «nuestros modelos organizativos, nuestros recursos materiales, nuestros recursos humanos, por donde movemos a los pacientes, por que sitios entran los pacientes, que tipo de pruebas se les solicitan o que tipo de tratamientos se les administra, es una forma de actuar exclusiva de La Rioja».
Este proceso, detalla, empieza con un trabajo de definición que va siempre de la mano del persona asistencial, «quien tiene que explicar donde están los datos y que significan». El siguiente paso es que el equipo de la Unidad de Ciencia del Dato explota dichos datos para «intentar responder a una pregunta o a una hipótesis investigadora de todos estos profesionales».
Desvela que el Servicio Riojano de Salud está trabajando con inteligencia artificial para tratar de ponerle un remedio a los ictus. «Se está viendo la confluencia de factores que está habiendo debido a esta enfermedad, como están siendo atendidas las personas que lo padecen y que tipo de síntomas tienen para intentar anticiparnos a los accidentes cerebrovasculares que se están produciendo en La Rioja», detalla.
Otro de los principales proyectos de esta unidad es desarrollar unos paneles de información públicos en los que «se vea el comportamiento de toda la población de La Rioja con respecto a todas las enfermedades», indica Oliva. La idea, explica, es que cualquier ciudadano sepa donde está la patología, como se distribuye por código postal, por rangos de edad o donde hay mayor y menor incidencia. Además, añade que este panel contará con unas recomendaciones para «saber como actuar para que la gente esté más tiempo sana».
Este «ambicioso» proyecto viene de la mano de la financiación europea, por lo que «la fecha de finalización es diciembre de 2025». Asegura que va bastante bien porque se acaban de adjudicar los recursos tecnológicos necesarios para hacerlo, ya que «se necesitan procesadores para datos, almacenamiento y herramientas especificas que nos permiten coger los datos de todas las fuentes de información, traerlos, limpiarlos, normalizarlos y presentarlos».
Más iniciativas. Esta unidad de Ciencia del Dato tiene presentes más iniciativas en las que implementar la inteligencia artificial.
Juan Carlos Oliva señala que «uno de los problemas más grandes que tenemos es con las enfermedades raras». «Estas tienen muy poca prevalencia y normalmente son pacientes que deambulan por el sistema sin estar nunca correctamente diagnosticados», lamenta.
Por ese motivo, avanza que esta unidad pretende buscar todo lo que se ha escrito en el historial médico de cada uno de estos pacientes para «crear una relación y poder decir la enfermedad rara que tiene». «Cuando ya sea identificado, habrá que llevarlo a la parte de genética porque normalmente estas enfermedades raras están asociadas a una mutación del genoma o a las alteraciones cromosomáticas», detalla.
Aparte, otro de los proyectos del Servicio Riojano de Salud (SERIS) relacionado con la inteligencia artificial consiste en el desarrollo de algoritmos que «sean capaces de diagnosticar en el ámbito de la oftalmología y la dermatología». De hecho, detalla que en la dermatología se centrarán en el tema del cáncer de piel porque «en el ámbito rural tiene una incidencia elevada y en La Rioja tenemos esta problemática».